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Evaluación de alfalfa en el campo: herramientas actuales y direcciones futuras

A lo largo de la temporada de producción de alfalfa, las decisiones de cosecha cuidadosas e informadas aumentan las posibilidades de alcanzar los objetivos de producción. El crecimiento de un rodal de un corte al siguiente siempre variará según la salud del rodal y una variedad de factores ambientales.

Evaluar con precisión un cultivo de alfalfa en el campo es fundamental para maximizar la rentabilidad, tanto en términos de calidad como de rendimiento.

En la parte superior del Medio Oeste, donde la industria láctea impulsa la demanda de forraje, el valor de la cosecha depende especialmente de la calidad del forraje. Mayor calidad significa mayor leche por tonelada, lo que significa mayor rentabilidad por tonelada de forraje.

Madurez de alfalfa como indicador de calidad

Fig. 1: Calidad relativa del forraje (RFQ) en comparación con la madurez de la alfalfa (MSC) del muestreo periódico de un rodal en Rosemount en 2014.

La madurez de la alfalfa es actualmente el indicador de calidad más preciso y consistente. A medida que aumenta la madurez, la calidad del forraje disminuye (Figura 1).

En términos generales, una buena calidad significa mayor proteína cruda y menores fracciones de fibra. La calidad es máxima cuando la relación hoja-tallo es máxima (más hojas, menos tallos). A medida que la alfalfa se desarrolla y el crecimiento pasa de vegetativo a reproductivo, la calidad comienza rápidamente a disminuir.

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Herramientas tecnológicas para aumentar la rentabilidad

Varias nuevas herramientas y aplicaciones de agricultura de precisión están permitiendo el uso más eficiente de los recursos y la máxima rentabilidad en otros cultivos importantes. Por ejemplo, los productores están tomando en cuenta la variabilidad en el campo con la aplicación de fertilizantes en dosis variables y la siembra en dosis variables.

Se están equipando vehículos aéreos no tripulados (UAV) o drones con tecnología GPS y una amplia gama de sensores/cámaras para evaluar la salud de los cultivos, su progreso, la presión de enfermedades/insectos, deficiencias de nutrientes, etc., y están informando las decisiones de gestión.

Teledetección de cultivos

Una de las tecnologías más utilizadas en la teledetección de cultivos es la medición de la reflectancia del dosel. Los índices espectrales de banda ancha como el NDVI (índice vegetativo de diferencia normalizada) son indicadores valiosos de verdor, salud de los cultivos o porcentaje de cobertura del suelo.

Índices más específicos como el MTCI (índice de clorofila terrestre MERIS) están diseñados para aplicaciones más precisas. Los índices diseñados para fines específicos utilizan la reflectancia espectral de bandas de ondas particulares (rangos de nanómetros en el espectro visible e infrarrojo cercano). Las bandas de ondas de importancia pueden variar según el cultivo y la aplicación de destino.

Los drones o vehículos terrestres equipados con estos sensores pueden viajar por el campo, recopilando y mapeando datos que se correlacionan con el estado actual del cultivo en todo el campo.

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Autores: Reagan L. Noland, Facultad de Ciencias de la Alimentación, Agricultura y Recursos Naturales (CFANS); Craig Sheaffer, agrónomo, CFANS, y M. Samantha Wells, agrónoma de Extensión

Revisado en 2023

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